Tu hijo o hija se encuentra en un momento de su desarrollo muy bonito y la interacción con él es cada vez más rica. Por ejemplo, utiliza mejor los conceptos temporales ya que maneja el lenguaje con mayor fluidez y ha mejorado sus habilidades para conversar. Esto es porque su desarrollo cognitivo cada vez es más complejo, seguramente cuanto hables con él te darás cuenta de que ya no emplea tantas explicaciones mágicas para entender la realidad.

Está en un momento en el que se siente más seguro. Podrás observar cómo tu hijo o hija ha adquirido nuevas habilidades motoras. Ya no se cae tanto, sus movimientos son mucho más coordinados tanto en sus juegos físicos como en el manejo de sus manos.

Al realizar alguna actividad con tu hijo o hija seguramente habrás experimentado que se le puede demandar un poco más, cada vez será capaz de concentrarse durante más tiempo, aunque es normal que todavía se siga distrayendo fácilmente. Los padres nos podemos sentir en algunos momentos desesperados, pero no debemos preocuparnos, poco a poco irá desarrollando esta capacidad. Jugando y compartiendo actividades contigo le ayudará a entrenarse.

Habrás observado también que en este momento las amistades son fundamentales para ellos. Necesitan saber que pertenecen a un grupo de iguales. Poco a poco irá adquiriendo las habilidades sociales necesarias para relacionarse adecuadamente. Muchos de estos comportamientos los aprende mediante imitación.

A estas edades son capaces de reconocer los sentimientos de los demás. Además sabe ponerse en el lugar del otro con más facilidad y es más consciente de las consecuencias de sus actos sobre los demás, lo que da lugar a respuestas más empáticas y al desarrollo de la responsabilidad.